Compañía Antonio Najarro: Camino de supervivencia

Hace unos años, la añorada Mariemma pronosticó la desaparición de la danza clásica española, lo que ella llamó danza estilizada. Afortunadamente, y aunque el pesimista diagnóstico estaba fundamentado, hay artistas que están empeñados en desmentir a la gran artista vallisoletana. Uno de ellos es Antonio Najarro, que hace ya siete años que trabaja con su propia compañía; en este tiempo ha creado tres espectáculos, con un denominador común, la búsqueda de músicas ajenas a la danza española que sirvan como soporte sonoro a unas coreografías firmemente ancladas en la raíz pero de incuestionable vocación contemporánea. Primero fue el tango, después la música oriental y, ahora, el jazz.
Llevar al título la palabra flamenco es una pequeña y comprensible «trampa» para atraer al espectador menos avisado, porque éste es un espectáculo de danza clásica española (aunque las fronteras en el baile estén cada día más borrosas). Y es un espectáculo elegante, preciosista, intenso y de una excelente factura en todos sus aspectos, desde el baile a la iluminación, pasando por la música (soberbia) o el sonido. Sólo algunos de los figurines quedan por debajo de la sobresaliente media.
«Jazzing flamenco» es un espectáculo sin argumento, donde el baile campa a sus anchas y con cuatro últimos números arrebatadores -también lo es la magnífica Estíbaliz Barroso en su comprometido solo- que logran que el público termine entusiasmado y en pie. Najarro ha encontrado un camino para mantener viva y con salud la danza clásica española, y sólo queda esperar que sean muchos quienes transiten por él.

(ABC, 29-IX-2009)