¿A dónde va la danza española?

El sábado se celebró la final del Certamen de Danza Española y Flamenco. No me he perdido prácticamente ninguna de las dieciocho ediciones que se han celebrado, aunque han sido más las desilusiones que las sorpresas agradables. En cualquier caso, a menudo se veían ideas interesantes, destacaban bailarines jóvenes con proyección... Era una velada bulliciosa, donde se reunía la gente de la danza española y se vivía un ambiente de familia.
No lo ví así el sábado, en un nuevo escenario, los teatros del Canal; será que me voy haciendo mayor, pero aunque técnicamente seguro que es un lugar mucho mejor dotado y más lógico, eché de menos el Albéniz. Tampoco encontré ese aire de fiesta que era un denominador común año tras año.
Y lo que es peor, tampoco encontré casi nada interesante. Únicamente la coreografía que cerró la competición, titulada "Intermitente", y creada por Daniel Doña para Cristian Martín. Él es un bailarín magnífico, de una línea espléndida, muy musical y elegante. Y la coreografía indaga en el lenguaje de la danza española para ofrecer movimientos nuevos, vivos. Fue el único trabajo que lo hizo; el resto fueron, sobre todo, solos de corte flamenco (¿por qué tanto solo?) cuya "modernidad" consiste en utilizar movimientos de danza contemporánea mezclados con zapateados y en ponerse "muy intenso" al bailar. Las ideas quedan romas a menudo, sin desarrollo. Parece que quieren contar una historia pero no hay quién se entere. No se usan los palillos... Y podríamos seguir.
Quiero pensar que éste no es el reflejo de lo que se hace estos días en los Conservatorios, que hay gente que sigue peleando por lograr mantener viva la danza española, pero es triste ver la falta de imaginación, la falta incluso de conocimientos y la pobreza de ideas y conceptos que se ha visto en este certamen...

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