Calixto y Carlos

Calixto Bieito acaba de estrenar su nuevo trabajo: “Don Carlos”, de Schiller, en Mannheim (Alemania). Las noticias que me llegan hablan de éxito grande, con el público puesto en pie y una ovación de quince minutos, y también se recibió con aplausos hace un par de semanas el ensayo general abierto que Bieito ofreció en Salamanca. En el reparto de esta producción, que estará en el Grec de Barcelona a finales de julio y en el teatro Valle-Inclán de Madrid a mediados de septiembre, figura Carlos Hipólito, uno de esos actores con mayúsculas que tenemos en nuestra escena. Carlos -tan buena persona como buen intérprete, si no más- es un actor al que parece que los personajes no le tocan; sus interpretaciones son siempre naturales, no hay pliegues en el traje, que parece siempre hecho a medida. Fuera del escenario es todo bonhomía. “Carlos Hipólito -escribí hace aproximadamente cuatro años- es modesto, discreto y natural; a pesar de eso, es actor”. Un actor que se ha puesto ahora en manos de un director diferente, sensible, imaginativo y valiente, a quien muchos consideran un provocador y que en las distancias cortas derrocha inteligencia, cultura, educación y encanto.

En la imagen aparecen, en el centro, Calixto Bieito y Carlos Hipólito, rodeados por el resto del reparto: Begoña Alberdi (Duquessa d'Alba. Soprano), Àngels Bassas (Princesa d'Èboli), Rafa Castejón (Marquès de Poza. Tenor), Josep Ferrer (Duc d'Alba. Baix baríton), Rubén Ochandiano (Don Carlos), Violeta Pérez (Isabel de Valois), Mingo Ràfols (Gran Inquisidor)