Taitantos

La difícil situación económica que atraviesa el teatro ha generado que las salas programen los espectáculos durante muy pocas fechas (y así correr el menor riesgo posible) para, en virtud del éxito de público que tengan, prorrogar la función o bien traspasarla a otro teatro amigo. Esto ha ocurrido con «Taitantos», un monólogo escrito por Olga Iglesias (con desarrollo de guión de David Serrano), dirigido por Coté Soler e interpretado por Nuria González. La obra estará en el Lara hasta mediados de octubre y luego se mudará al teatro Cofidís (antes Alcázar).

Nuria González ha sido habitual de los stand up televisivos, que en su traspaso a los teatros crearon hace unos años un subgénero, los «puntocom», de tanto éxito popular como escasa aportación a nuestra dramaturgia; han desvirtuado notablemente el monólogo, que no es en realidad más que una obra de teatro interpretada por un solo actor. Y punto.

Y eso es «Taitantos», una comedia con un solo personaje: con sus conflictos, sus problemas, incluso su desarrollo. Una mujer al borde de la «taintena» (al final, liberadoramente, confiesa su edad), narra ese Everest psicológico que supone asumir la imparable realidad de la cuesta abajo, aderezada con ingredientes amargos como descubrir la infidelidad de la que creías tu relación ideal o encontrarse con el rechazo frontal de una hija adolescente. El humor bulle a borbotones en la pieza; un humor agrio, que escuece y que hace que la sonrisa se tuerza en muchas ocasiones con un rictus de lástima y autocompasión.

Nuria González muestra (otra vez) que es una actriz con una personalidad arrolladora, capaz de echarse encima de los hombros personajes cargados de carácter. Lidia con las desventuras de Susana Duarte y es capaz de provocar al tiempo ternura y carcajada, muy bien dirigida por Coté Soler, que no deja que el ritmo del monólogo decaiga a lo largo de toda la función.