Jóvenes actrices

Pablo, mi sobrino (al que muchos conocéis), me propuso hace un tiempo que escribiera sobre algunos jóvenes actores con talento. El domingo pasado, tras la representación de «Los hijos se han dormido» -otro día hablaré de ella- me lo recordó, porque en su reparto está una de esas actrices que, auguro y espero, pueden dar mucho qué hablar en el teatro: Marina Salas. Así que hago caso a mi sobrino y les dedico una entrada a varios de ellos; varias, en este caso.


Y ya que la he mencionado, empezaré por Marina Salas, a quien vi por vez primera en la serie «Desaparecida», donde ya me impresionó, especialmente por su modo de transmitir emociones a través de su mirada acuosa y temblona. Me gustan su aplomo y su personalidad, que ha demostrado ya en sus dos experiencias teatrales: «Luces de bohemia», en el montaje de Lluís Homar, donde interpretaba varios papeles (Claudinita/La Lunares/La chica de la portera/La modernista) y en el mencionado montaje «Los hijos se han dormido» (la versión de «La gaviota» realizada por Daniel Verones), en la que interpreta a Nina. Dos funciones corales en las que Marina aporta su notable personalidad.

También interpretó a Nina (en la versión que hizo y dirigió Rubén Ochandiano) Naussicaa Bonnín, hija del actor y director Hermann Bonnín, y que acumula ya, a pesar de su juventud, una notable experiencia teatral. La he visto dos veces: en la citada versión de Ochandiano y en «Grooming», un inquietante texto de Paco Bezerra dirigido por José Luis Gómez, y donde actuaba junto a Antonio de la Torre. En las dos ocasiones ha destacado la luz especial que irradia su rostro, una belleza cuasi infantil y una presencia magnética.

Ya he hablado en otras ocasiones de Irene Escolar, heredera de una noble estirpe de la escena española, los Gutiérrez Caba. Es una actriz con mayúsculas, que ha dejado huella en todos los montajes en que ha intervenido: «Días mejores», «Rock and roll», «El mal de la juventud», «Oleanna», «Agosto», «De ratones y hombres». Sobresale en ella la pasión que pone en todos y su capacidad para escoger de la paleta el color que más le conviene al personaje. Es una mujer a la que le gusta el detalle, siempre con la mente abierta, lo mismo que sus grandes ojos, atentos para ver todo aquello que la rodea y de lo que podrá aprender. Sólida y dúctil, es ya una de las presencias más importantes de nuestra escena.

Marina Salas, Naussicaa Bonnín, Irene Escolar, son tres puntas de lanza de los jóvenes que pisan las tablas de nuestro teatro. Y hay más

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