«Cartas de amor», con Julia Gutiérrez Caba y Miguel Rellán


Me gusta la palabra «hermoso». No la escucho ni la leo mucho; imagino que hay quien la considera cursi, pero a mí me inspira, además de belleza, otras cualidades como elegancia, ternura, serenidad. «Cartas de amor», la función que interpretan en los teatros del Canal Julia Gutiérrez Caba y Miguel Rellán, es una función hermosa, de esas en las que la boca esboza una sonrisa al tiempo que los ojos dejan escapar una lágrima.

La primera vez que escuché a alguien emplear la expresión teatro acariciador fue a Miguel Ángel Solá; se refería a «Hoy, el "Diario de Adán y Eva", de Mark Twain», la función que durante diez años estuvo representando con Blanca Oteyza. Efectivamente, aquel espectáculo era una caricia, como lo son estas «Cartas de amor».

Se trata de un texto escrito por el estadounidense A. R. Gurney a finales de los ochenta. A través de la correspondencia que se envían a lo largo de más de medio siglo Melissa Gardner y Andrew Makepeace Ladd III, el autor dibuja una accidentada y discontínua historia de amor, que comienza cuando aquel acepta la invitación para asistir al octavo cumpleaños de ella. 

Las cartas nos muestran el carácter de los dos personajes, sus anhelos, sus frustraciones, y el devenir de sus vidas. Gurney traza con pinceladas precisas un relato a ratos tierno, a ratos divertido, a ratos doloroso, pero siempre emocionante. Es una historia sencilla, sin pretensiones, y eso la engrandece.

A David Serrano, director y adaptador de la obra, y a Miguel Rellán, su cómplice además de su actor, hay que agradecerles que hayan permitido a los espectadores volver a gozar de Julia Gutiérrez Caba sobre los escenarios. La actriz solo ha salido de su «semiretiro» porque en esta obra no tenía que aprenderse el texto (el autor exige que los actores lean las cartas, y además que no se miren), y podía estar sentada todo el tiempo. Su interpretación es, también, hermosa. No se puede decir el texto con mayor justeza, con mayor elegancia, con mayor colorido. Muchos actores jóvenes (sí, esos en los que estáis pensando) se tendrían que pasar por el Canal para aprender cómo se dice un texto con la dosis justa de naturalidad y teatralidad.

Miguel Rellán, un actor para llevarse en el bolsillo y sacarlo siempre que uno necesita que le alegren el corazón -tal es su grado de vitalidad y humanidad haga el papel que haga-, le sigue el juego a Julia Gutiérrez Caba, logrando componer con ella un dúo afinadísimo que por matices y colores podría ser un dúo pianístico.

Y David Serrano, que asegura que no ha tenido prácticamente nada que dirigir con estos dos actores, ha moldeado un espectáculo inteligente, sensible, dulce, llenando de detalles el transcurrir de la historia, que se agarra al espectador como la hiedra a la piedra. En resumen: un espectáculo hermoso, ya digo.

Comentarios

  1. "Hermoso" es una palabra hermosa de verdad. Aún me acuerdo del día en que la aprendí.

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