La avería

También es casualidad que se hayan estrenado en Madrid casi al tiempo dos espectáculos -«Forever young» y «La avería»- en los que actores jóvenes interpretan a personajes ancianos, un recurso nada habitual. Claro que ahí se terminan sus similitudes, porque una y otra obra son completamente diferentes. De «Forever young» hablé el otro día, y ahora quiero recomendar muy vivamente «La avería», un trabajo de una profundidad y una altura teatral verdaderamente extraordinarias que se presenta en las Naves del Español, en el Matadero.
Me decía Juan Luis Galiardo hace unos meses, al hilo de su estreno de «El avaro», que la tarea principal del teatro era entretener, y la única prohibición aburrir. Afortunadamente, en el teatro español hay cada vez más gente que piensa como Galiardo, y que no huye del término entretenimiento, una palabra que a algunos les produce sarpullido. Para estos, entretenimiento es sinónimo de frivolidad. Otros no asocian ambos términos, porque se puede entretener con una tragedia como «Macbeth» o con una comedia. Blanca Portillo es de estos últimos. No me lo ha dicho, pero a la vista de lo que ha hecho en «La avería», apuesta por el entretenimiento. Su espectáculo es brillante, en el más literal sentido del término. Es luminoso y agudo. Hace años que tiene en mente contar la historia de ese grupo de ancianos que no se resiste a su jubilación y que encuentra, cuando aparece en su vida un extraño, la manera de volver a sentirse profesionales: juez, fiscal, abogado... Y Blanca -tan buena directora como actriz, a la vista de trabajos como éste- ha encontrado una magnífica manera de contarla (con la colaboración de la adaptación escrita por Fernando Sansegundo), a través de una puesta en escena llena de chispa, tan directa como emocionante, tan diáfana como detallista; a través de una escenografía deslumbrante de Andrea D'Odorico; y a través, sobre todo, de unos actores entregados y afinadísimos a los que, no me cabe ninguna duda, les divierte muchísimo participar en este juego que les ha propuesto Blanca. Dejadme que destaque a Asier Etxeandía, a quien el talento no le cabe en el pecho, y a Daniel Grao, espléndido en su medida y atinada interpretación del dueño de la casa. Son dos cumbres en una elevada cordillera interpretativa que completan Emma Suárez, José Luis García Pérez, Fernando Soto y José Luis Torrijo. 
Y no es «La avería», por si no hubiera quedado claro, un trabajo frívolo ni superficial, pero las ideas están cosidas a un espectáculo intensamente teatral y, repito, entretenido.

En el teatro español se busca, a menudo, mojar al espectador con grandes ideas y profundos pensamientos echándole encima un cubo de agua. «La avería», sin embargo, es un discreto e insistente chirimiri que termina con el espectador absolutamente empapado, pero feliz. Como salí yo de la función.

Comentarios

  1. En mes y medio me voy a verla a ver qué tal. Espero que merezca la pena haber sacado las entradas con 11 meses de antelación.

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  2. Estoy convencido de que no te arrepentirás... Gracias por tu fidelidad con este blog

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