El desayuno de Rajoy

Tuve noticia del desayuno de Rajoy con el mundo del teatro hace unas semanas. La convocatoria, organizada por Blanca Marsillach, dio unas cuantas vueltas hasta su celebración, el pasado jueves, en el escenario del teatro Häagen-Dazs / Calderón. Empezó algo revuelta por la publicación, en "El mundo", de una información que convertía un simple desayuno de cambio de impresiones (que es lo que fue en realidad) en la creación de una plataforma de "despolitización de la cultura" que sería, en realidad, una respuesta a la célebre plataforma de la zeja con la que diversos artistas arroparon a Zapatero en su día. El productor Luis Álvarez, anfitrión del acto, recibió antes de que empezara el desayuno una llamada que le alertaba de la supuesta naturaleza política de la convocatoria, y a punto estuvo de hacer mutis. No había tal plataforma, sin embargo, y los asistentes simplemente le hicieron llegar al líder del PP diversas consideraciones, la mayoría en torno a la necesaria y difícil convivencia entre teatro privado y teatro público. Rajoy, por su parte, quiere incluir en su programa electoral tres o cuatro cuestiones referentes al teatro, con una única premisa: que sean realizables.
Tuvo el desayuno, sin embargo, tintes de astracán y ese amago de tragedia. Ya la "alineación" resultaba algo extraña, pues unía a nombres de peso de nuestro teatro con otros que lo tocan como mucho de manera tangente. Así, en la mesa estaban, además de Rajoy y tres de sus colaboradores (Jorge Moragas, José María Lassalle y Alfonso de Senilllosa), Blanca Marsillach, Luis Álvarez, Rosario Calleja, Tamzin Townsend, Juan Carlos Pérez de la Fuente, Mariano de Paco, Eduardo Galán, Pedro Víllora (apuntado a última hora), Magüi Mira, Juncal Rivero, Arantxa del Sol y Antonio del Real. Se descolgaron finalmente (la noticia de la plataforma fue determinante) Enrique Salaberría, Ignacio Amestoy, su hija Ainhoa, y Juanjo Puigcorbé. 
No parece una muestra muy representativa de la escena española, y aunque Rajoy (que fue ministro de Cultura) se fue con varias ideas muy claras de lo que necesita nuestro teatro público (una mejor comunicación entre las Comunidades Autónomas y una mayor apertura de los distintos centros), no es ésta, probablemente, la mejor manera de hacerse una idea sobre la situación y las necesidades reales del teatro en España.


http://www.abc.es/20100610/cultura-teatros/teatro-programa-electoral-201006101934.html

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