Musicales en Madrid
Madrid celebra esta noche la fiesta de su patrón, San Isidro, con un macroconcierto popular en la Gran Vía (así, de paso, se vuelve a hablar del centenario de esta avenida, como si no hubiéramos tenido ya bastante). En él tendrán un protagonismo especial los grandes musicales que, en los últimos años, han sustituido al cine en los neones de esta calle que algunos, de manera muy pretenciosa, han bautizado como el Broadway madrileño. No es para tanto, claro, pero sí es cierto que los musicales son hoy en día un santo y seña de la Gran Vía y, por tanto, de Madrid. Hay muchos que todavía le niegan el pan y la sal teatral a este género que, por mucho que les pese, cuenta con una gran raigambre en nuestra escena, porque no es sino la versión anglosajona de la zarzuela. Y es que un musical se compone de texto y canciones. No necesita más. Puede llevar más o menos aderezos (escenografía, coreografía, vestuario, iluminación, sonido, efectos especiales, producción), pero el corazón está en la historia y en las canciones. Si no interesan, difícilmente puede interesar el espectáculo (aunque ha habido casos). Hay quien se queja de que es un género extranjero, pero los creadores españoles van poco a poco encontrando su oportunidad en él; ahora mismo, puede verse en la Gran Vía un musical de creación propia (Los 40, el musical), que cumple esas expectativas de gran espectáculo. Pero a unos metros de allí, en el nacimiento de la calle Mayor, junto a la Puerta del Sol, se puede ver estos días otra función musical hecha en España que nada tiene de gran producción. Pegados es el título y es una obra llena de frescura, desparpajo, que parte de un hecho tan insólito como curioso y que brinda al público algo más de hora y media de diversión y entretenimiento, con cuatro intérpretes espléndidos y que, sobre todo, ofrece a los espectadores lo que les promete desde los carteles.
El musical es, actualmente, y a pesar del desprecio que sigue manifestando por el género parte de la profesión y también de la crítica, un motor fundamental de la cartelera teatral madrileña y uno de los imanes para un público ávido de experiencias en vivo. Así que ¡larga vida al musical!
El musical es, actualmente, y a pesar del desprecio que sigue manifestando por el género parte de la profesión y también de la crítica, un motor fundamental de la cartelera teatral madrileña y uno de los imanes para un público ávido de experiencias en vivo. Así que ¡larga vida al musical!
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