«Cervantina», «Pequeño catálogo sobre el fanatismo y la estupidez» y «El grito en el cielo»

Por varias razones, tengo muy desatendido el blog en las últimas semanas. Espero recuperar pronto el ritmo y mantener con vosotros mi habitual comunicación. Reúno en esta misma entradas tres espectáculos que vi hace ya unas semanas y que merecen al menos una cita en este blog. Son «Cervantina», presentada en el teatro de la Comedia por Ron Lalá dentro de la temporada de la Compañía Nacional de Teatro Clásico; «Pequeño catálogo sobre el fanatismo y la estupidez», un texto de Ignasi Vidal presentado en La Pensión de las Pulgas; y «El grito en el cielo», un espectáculo de La Zaranda que estuvo en el Teatro Español.

«Cervantina»

 Lo confieso: no termino de conectar con el humor ni las propuestas de Ron Lalá, un grupo cuya popularidad y prestigio han crecido mucho en los últimos años, especialmente a raíz de su colaboración con la Compañia Nacional de Teatro Clásico. Hace dos temporadas tuvieron un éxito con su espectáculo «En un lugar del Quijote» y ahora, en el año del cuarto centenario de la muerte de Cervantes, han vuelto a este autor con una bien incardinada antología de sus textos, tanto dramáticos como narrativos. Como en el resto de los trabajos de la compañía, Yayo Cáceres dirige el espectáculo, y Álvaro Tato y Miguel Magdalena se encargan respectivamente de las direcciones literaria y musical. Ambos se suben al escenario junto a Juan Cañas, Íñigo Echevarría y Daniel Rovalher. Ron Lalá, ciertamente, se acerca a Cervantes con respeto y desenfado a partes iguales, y su espectáculo es fresco, colorista, dinámico y directo. El público de la función a la que acudí rió con ganas y celebró las canciones, los chistes, las situaciones y las versificaciones que a mí, y lo siento, no me atraparon en ningún momento. Volveré a intentarlo, porque creo que el trabajo de Ron Lalá tiene fundamento.  

«Pequeño catálogo sobre el fanatismo y la estupidez»

Conozco bien el trabajo como autor de Ignasi Vidal, que como intérprete ha destacado especialmente en el mundo del musical: «Grease», «Rent», «Jesucristo Superstar», «Los miserables» o «La bella y la bestia» son algunas de las muescas de su culata. Desde hace un tiempo, el autor que llevaba dentro ha salido del armario y ha mostrado sus más que notables virtudes: naturalidad en los diálogos, verdad en las historias y latido en los personajes. «Pequeño catálogo sobre el fanatismo y la estupidez» es una obra compuesta por cuatro pequeñas piezas en las que la guerra, la represión, el terrorismo, la intolerancia, son su leit motiv. Una entrevista a pie de calle con el primer ministro canadiense Pierre Trudeau, un angustioso diálogo de dos militares estadounidenses en el desierto enemigo, una historia enmarcada en el País Vasco de los años ochenta y una doble conversación con la muerte de un niño en un estadio de fútbol como eje conforman esta pieza, que no tiene su mejor encaje en La Pensión de las Pulgas, pues las características del lugar restan fluidez a las transiciones y lastran el desarrollo de la obra, con las historias sutilmente hilvanadas. Personalmente, creo que la primera, que se desarrolla en las escaleras, no aporta nada, y la del desierto no está bien resuelta (en buena parte por el lugar). Pero «Pequeño catálogo sobre el fanatismo y la estupidez» es una obra por momentos sobrecogedora, incisiva, que nos muestra de forma desgarrada el rostro del ser humano, nuestro rostro, más vergonzoso. Es una obra porosa, que va calando en el espectador ayudada por las magníficas interpretaciones de Miriam Montilla, Paco Churruca (su barbero es antológico) y Diego Molero.  

«El grito en el cielo»

La Zaranda es una compañía con casi cuatro décadas de trabajo a sus espaldas (nació en 1978), un grupo acostumbrado a pisar escenarios pedregosos y a contar con lo puesto para poner en pie sus espectáculos. En ellos -que cuentan siempre con textos de Eusebio Calonge y la dirección de Francisco Sánchez (Paco el de la Zaranda)- cuentan historias polvorientas, curtidas por el sol, con personajes llenos de humanidad. La tienen los que componen el friso que es «El grito en el cielo», una pieza entrañable y conmovedora, que relata el añorado viaje hacia la libertad de un grupo de ancianos recluidos -postergados- en una residencia. Es el suyo un camino tan patético como empático, tan lleno de humor como de ternura, en un espectáculo profundamente comunicativo, sin artificios, sencillo y humanamente contagioso, lleno de detalles, de sutilezas; un espectáculo que llega directamente al corazón porque con el corazón está hecho.

Comentarios

Entradas populares