Premios

Tengo pendientes varios comentarios –el musical Love never dies; Corteo, el espectáculo del Circo del Sol que vendrá a España dentro de unas semanas; el nuevo montaje de la Compañía Nacional de Teatro Clásico, Un bobo hace ciento, la película Cisne negro–, y prometo cumplir muy pronto. Pero antes quería referirme a los premios Max y a los de la Unión de Actores. Mi opinión sobre los primeros es bien conocida desde hace año, y a cada nueva edición se va reafirmando; creo que son unos galardones con débiles cimientos, lo que hace que la construcción presente numerosas deficiencias. Tres ejemplos de pasadas ediciones ilustran mis dudas sobre su idoneidad como los grandes premios de la escena española. En una ocasión, los tres candidatos a mejor intérprete de danza lo eran por su trabajo en respectivas obras de teatro de texto donde había una porción de baile; ninguno por su trabajo en un espectáculo de danza. En otra, se otorgó el premio al mejor autor teatral en castellano a Antonio Buero Vallejo por La Fundación, un texto escrito más de veinticinco años atrás; eso se llama estimular a los autores jóvenes. Y otro año consiguió el premio al mejor espectáculo de danza una coreografía que ese año había tenido ¡diez! representaciones, la mayoría en teatros de no más de doscientas butacas.
Hay nombres que se repiten año tras año en las candidaturas, como si no hubiera más intérpretes, coreógrafos, directores o compañías en España... En las últimas ediciones, los asistentes a la gala sabían ya que si estaba Animalario en liza no tenían prácticamente nada que hacer. Hasta llegar al ridículo del año pasado, en que la gala se celebró después de que, horas antes, se supieran ya los premios porque habían aparecido en la página web de la SGAE.
Naturalmente, hay aciertos. El arte de la comedia y La función por hacer (a la que corresponde la foto), que optan al mejor espectáculo de teatro, son dos de las mejores funciones que se han visto el pasado año pero, si no estoy equivocado, el primero no ha salido de Madrid. También hay candidatos que sólo se han presentado en Barcelona; chocan las muchas candidaturas de Blancanieves Boulevard, que curiosamente no pelea por el premio al mejor espectáculo de teatro musical. Con todos mis respetos y mi cariño hacia Cristina Hoyos, no es de recibo que esté en la terna de candidatos a la mejor coreografía por su trabajo ("una pinceladita", como ella misma confesaba) en Bodas de sangre.
En fin, que sigo convencido de que los premios Max no son, en absoluto, representativos de la realidad del teatro español.
Muy distintos son los premios que otorga la Unión de Actores, limitados lógicamente al trabajo interpretativo, y que se extienden al cine, la televisión y el teatro. Por lo que se refiere a esta categoría, hay naturalmente gustos, pero no se le pueden poner peros a las ternas, con nombres y actuaciones tan indiscutibles como las de Nuria Espert, Gloria Muñoz, Concha Velasco, Pedro Casablanc, José María Flotats y Carlos Hipólito, los seis candidatos a mejor actriz y actor protagonistas.

Comentarios

  1. El gran problema sigue siendo que los Max no son los "Premios del Teatro", sino los premios de la SGAE, y no concurren TODAS las obras, sino sólo aquellas que gestionan sus derechos a través de la SGAE, lo que deja fuera a muchas buenas obras que prefieren gestionar sus derechos por otras vías...

    ¿Para cuando unos premios de TODO el teatro?

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