Amparo Muñoz
Imagino que no soy el único que tuvo a Amparo Muñoz entre sus mitos de la adolescencia; era, es obvio decirlo, una mujer bellísima, así que la fascinación que sentía por ella (imagino que muy compartida) es absolutamente comprensible. La conocí en el mes de julio de 2000. Estaba a punto de estrenarse en el teatro con La habitación del hotel, una obra de José Luis Miranda que era una versión para tres actrices de un monólogo que había estrenado Victoria Vera unos años antes con el título de En el hoyo de las agujas. Dirigía Manuel Galiana y Amparo compartía escenario en el teatro Arlequín con Blanca Marsillach y Aurora Frías. Amparo interpretaba a una moza de espadas que vivía junto a su torera las horas previas a la corrida. No recuerdo bien la entrevista, que hicimos, creo, en el propio teatro, pero sí la grata impresión que me produjo una mujer de la que tanto se había hablado. Unos años antes, mientras yo despachaba las páginas de Huecograbado de ABC con Luis María Anson en su despacho, éste recibió una llamada de Amparo en la que ella le pedía ayuda para acallar unos rumores que le achababan estar enferma de sida. No es que yo escuchara la conversación entre ambos, pero él la llamó Amparo un par de veces, le dijo que no se preocupara y minutos después encargó una información o una entrevista con ella, no recuerdo bien, así que no tenía más que atar cabos.
Y vuelvo a la entrevista. Amparo seguía siendo una mujer bella, especialmente por una mirada luminosa que se erguía por encima de operaciones y desgaste... Estaba muy ilusionada con esa nueva etapa profesional: "Independientemente del resultado -me dijo-, tengo la sensación de que he acertado al tomar la decisión de hacer teatro ahora. Interiormente siento que éste es el momento adecuado".
Unos días después, se celebró una comida de presentación del espectáculo -si no recuerdo mal, en el hotel Eurobuilding-; estaban allí las actrices, el autor y el director. Llegué tarde con mi compañero Rafa Esteban; veníamos de otra información, y me senté en la mesa dispuesta en U lejos de la cabecera. La entrevista ya se había publicado (una pequeña nota ilustrada con su foto), y en cuanto pudo, Amparo se acercó a darme un beso y agradecerme lo que había escrito. Me gustó mucho su gesto; no suele ser tan frecuente, y menos en gente que está más que acostumbrada a salir en los medios de comunicación.
Me ha entristecido su muerte; sentía mucha simpatía por ella, y espero que ahora pueda descansar lo que en vida no consiguió...
Y vuelvo a la entrevista. Amparo seguía siendo una mujer bella, especialmente por una mirada luminosa que se erguía por encima de operaciones y desgaste... Estaba muy ilusionada con esa nueva etapa profesional: "Independientemente del resultado -me dijo-, tengo la sensación de que he acertado al tomar la decisión de hacer teatro ahora. Interiormente siento que éste es el momento adecuado".
Unos días después, se celebró una comida de presentación del espectáculo -si no recuerdo mal, en el hotel Eurobuilding-; estaban allí las actrices, el autor y el director. Llegué tarde con mi compañero Rafa Esteban; veníamos de otra información, y me senté en la mesa dispuesta en U lejos de la cabecera. La entrevista ya se había publicado (una pequeña nota ilustrada con su foto), y en cuanto pudo, Amparo se acercó a darme un beso y agradecerme lo que había escrito. Me gustó mucho su gesto; no suele ser tan frecuente, y menos en gente que está más que acostumbrada a salir en los medios de comunicación.
Me ha entristecido su muerte; sentía mucha simpatía por ella, y espero que ahora pueda descansar lo que en vida no consiguió...
Estimado amigo Julio deja que escriba esto en tu blog.
ResponderEliminarAmparo Muñoz ha muerto, se ha ido, se ha marchado, callada, tranquila y en su Málaga natal, esa Málaga que le ha reconocido tan poco.
No la recuerdo en la alfombra roja del Festival de cine de nuestra ciudad, tal vez nunca fue invitada, pero solo tal vez, o simplemente no la vi. Tampoco el recuerdo dando un pregón en la Casa Consistorial ni en preferencia en la Semana Santa o en el Carnaval, claro que a lo mejor no le gustaba ¿verdad? y te entiendo Amparo porque esas cosas suelen estar bastante vacías y tú estabas tan llena... A veces y solo a veces se hace leña del árbol caído, en fin....
Querida Amparo Muñoz, mi admirada Amparo, no he tenido tiempo de decirte adiós a pesar de mis intentos. Siempre te admiré. Quería llegar a ser como tu cuando aun moceaba por las calles de Málaga. Géminis como yo, de Málaga como yo, Miss España como yo....
No sabes cuanto siento tu muerte, cuanto siento tu vida y cuanto siento lo que has pasado Amparo. He querido tenderte mi mano muchas veces pero el destino no me ha dejado. Hace solo dos semanas te estuve buscando, solo dos semanas Amparo.
Siento pena, pena de no haberlo hecho antes.
Solo me queda llevarte flores y rezar por ti amiga. Puede que esa corona universal te pesara demasiado. Quien sabe.
28 de febrero día de Andalucía.
Descanse en paz, esa paz que tanto buscaste.
Remedios Cervantes.
Querida Remedios:
ResponderEliminarGracias por enriquecer este blog con tu comentario.
Te mando un beso enorme y me uno a tus oraciones por Amparo.
Ojalá nos veamos pronto
Besos